jueves, 17 de noviembre de 2011

EL ÁRBOL DE LOS PROBLEMAS


Una vez contraté a un carpintero para arreglar una vieja granja. El primer día fue muy duro y, cuando estaba a punto de plegar su sierra eléctrica se estropeó, y perdió más de una hora de trabajo. Luego llegó a su furgoneta y el viejo vehículo se negó a arrancar.

Me ofrecí para acompañarlo a su casa y él se sentó en silencio a mi lado.
Una vez que llegamos me invitó a conocer su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando la punta de las ramas con ambas manos.
Cuando se abrió una puerta, ocurrió una transformación sorprendente. Su cara se llenó de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dió un beso a su esposa. Me los presenó a todos, me invitaron a un refresco y luego me acompañó hasta el mi coche.

Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que había visto hacer un rato antes.

"Oh, ese es mi árbol de problemas ", contestó. "Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego mañana los recojo otra vez ".

"Lo divertido es", añadió sonriendo, "que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior ".

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