CALIGRAMA DE ADVIENTO
En
la oscuridad,
la luz de la
vela ilumina.
De
pronto las cosas
recuperan los
contornos y hasta
podemos vislumbrar
el rostro de los otros,
Y el camino a seguir.
Pero la luz no es
esplendor, ni brillo,
ni gloria. Es servicio
Y la vela que lo presta ve como su cera se derrite,
se consume, se acaba... Para ser luz
hay que dar el ser.
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